Las cantidades de suero de leche producidas hoy en día, especialmente en la UE-27, superan con mucho la demanda de la industria alimentaria. Por ejemplo, por cada tonelada de queso se producen aproximadamente 9 toneladas de suero de leche. Para muchas industrias ese suero de leche constituye un material excedente, llegando a convertirse en un problema de gestión y teniendo que ser tratado como residuo.
Sin embargo, el uso de los excedentes de suero de leche como substrato para la producción de biopolímeros por procesos microbianos es una estrategia viable para solucionar sus problemas como residuo. El suero de leche se puede utilizar como materia prima para la producción de biopolímeros en lugar de cultivos específicos de maíz, caña de azúcar o de soja.
Esta solución tiene un mejor rendimiento desde las perspectivas de consumo de energía, emisiones de gases de efecto invernadero y ética: los inputs y actividades agrícolas se evitan (consecuencias de la utilización de cultivos para la producción de materiales de origen biológico), así como cambios directos e indirectos del uso del suelo, y también evita la controversia ética de la utilización de materias primas renovables que se podrían destinar la alimentación.
Así el proyecto europeo LIFE+ WHEYPACK, liderado por AINIA Centro Tecnológico, ha obtenido PHB (Polihidroxibutirato) un biopolímero completamente biodegradable a partir del suero de la leche. Mediante un bioproceso fermentativo, a través de microorganismos superproductores de PHB y, a partir de los excedentes de suero de leche, un subproducto procedente de los procesos propios de la industria de elaboración de queso, se ha obtenido este material.
El PHB ha sido extraído y recuperado, procediendo a su caracterización, formulación y aditivado para mejorar sus propiedades y que pueda ser procesado mediante las mismas tecnologías que los polímeros actuales, en este caso por “injection moulding”.
Se trata de un material biodegradable, compostable, procedente de fuentes renovables (bio-based) y presenta propiedades similares a las de los polímeros tradicionales procedentes del petróleo como el PP. Con este material podrá fabricarse nuevos envases para productos lácteos formados por materiales 100% biodegradables. Además el PHB es resistente a las temperaturas entre -30ºC y los 120ºC, lo que supone que los productos fabricados con él mantengan la forma después de ser expuesto a dichas temperaturas.
Este material puede servir para fabricar nuevos envases para productos lácteos formados por materiales 100% biodegradables, que cumplan con las funciones de protección del producto, sean capaces de reducir el impacto ambiental que generan, y que además, sean económicamente viables. Actualmente, el coste del PHB es entre 2 a 3 veces más alto que el de otros materiales poliméricos tradicionales. La mayor parte, hasta la mitad, de la totalidad de los costes de producción del PHB se atribuye al coste de las fuentes de carbono empleadas como materia prima. El uso de suero de leche como materia prima permitirá reducir el coste del PHB.
El proyecto LIFE+ WHEYPACK está directamente relacionado con dos de los sectores industriales más importantes de la UE desde el punto de vista de facturación y empleo: los sectores de la alimentación y del envasado de alimentos. En ese sentido, el desarrollo del proyecto tendrá positivos efectos ambientales y socioeconómicos en todo la Unión Europea.
Los resultados del proyecto LIFE+ WHEYPACK serían ampliamente replicables y fácilmente transferibles a cualquier miembro de la Unión Europea. Además puede considerarse como un proyecto circular, debido a que el generador de suero de leche (industria quesera) se convertirá en el beneficiario del nuevo envase de PHB, adaptado a las necesidades de sus productos.
Estos trabajos se enmarcan dentro del proyecto LIFE+ WHEYPACK financiado a través del Programa Life+ de la Unión Europea. Es un proyecto transnacional entre España y Portugal liderado por AINIA (España) y además cuenta con la participación de la empresa productora de quesos CENTRAL QUESERA MONTESINOS (España), el centro tecnológico AIMPLAS (España) y la empresa fabricante de envases plásticos EMBALNOR (Portugal).