Casi 80 millones de toneladas de vegetales son desperdiciadas en la producción primaria. De ellas, 30 millones de toneladas son solamente fruta, fruta que ni siquiera llega a ser comercializada. Desde AINIA trabajan en varias líneas enfocadas a la lucha contra el desperdicio alimentario en suelo agrícola, como el proyecto FOODCOLLECT, financiado por el Instituto Valenciano de Competitividad Empresarial (IVACE).
Incidencias climáticas, plagas y enfermedades, maquinaria ineficiente, elevados costes de recolección, elevados estándares para venta del producto y problemas de demanda. Todos estos motivos son los que provocan que la cifra de desperdicio alimentario en suelo agrícola cada año se dispare de manera exponencial. Gran parte de este desperdicio es fruta que se cae al suelo y no es recolectada. Ni siquiera llega a ser evaluada para su venta y comercialización. Aunque no sea apta para consumo directo porque, debido a razones de seguridad alimentaria, no puede ser así, se le puede dar un millón de usos más. Comida animal, extractos, zumos, productos procesados, aromas, azúcares o biomasa, son algunos de los productos con valor añadido que pueden producirse a partir de fruta recolectada del suelo.
De ahí que en el equipo de visión de la Unidad de Transformación Digital de AINIA están desarrollando una plataforma robótica móvil capaz de recolectar fruta del suelo para poder darle un segundo uso y recuperar la inversión inicial que se ha realizado en los campos agrícolas. El objetivo del proyecto FOODCOLLECT es la recogida de naranjas y caquis caídos del árbol a los que se le puede dar una segunda oportunidad, un segundo uso, reduciendo así el desperdicio alimentario y mejorando el rendimiento de los campos frutales. La elección de estas dos frutas no es casual, ya que son dos de los cultivos más importantes en la Comunitat Valenciana. En un futuro, se pretende que se extienda la tecnología a cualquier fruta susceptible de ser recolectada del suelo agrícola.
El robot recolector incorpora tres principales innovaciones:
- Navegación autónoma con una plataforma robótica móvil. La navegación autónoma tiene diversos planificadores de trayectorias y algoritmos globales de toma de decisión para que la plataforma sea capaz de recorrer el campo en búsqueda de frutos en el suelo.
- Recolección de fruta con un brazo robótico colaborativo. Para la recolección de la fruta, se ha incorporado a la plataforma un brazo robótico colaborativo que permitirá coger la fruta del suelo y depositarla en el cesto incorporado. Además, se está realizando un diseño a medida de una garra que va a permitir una adaptabilidad perfecta a la fruta, haciendo que la recolecta sea eficiente y segura.
- Detección y localización de la fruta con un sistema avanzado de visión. El módulo de visión del equipo está compuesto por una cámara 2D, que permite identificar la fruta, analizar su color, su textura y su estado, y una cámara 3D, con la que es posible analizar su forma, tamaño y la ubicación en el suelo.
El objetivo de la investigación es el desarrollo de algoritmos que permitan identificar, clasificar y localizar la fruta en el suelo para poder recolectarla.
Desde AINIA están desarrollando una solución única en el campo que proporcione al agricultor una ayuda en sus campos de cultivo optimizando la producción, reduciendo el desperdicio, mejorando la eficiencia productiva, y apostando, sobre todo, por la sostenibilidad.
La solución integrada desarrollada en FOODCOLLECT está siendo validada en los campos de cultivos de la Comunitat Valenciana. Contribuye a la ventaja competitiva del tejido agrícola valenciano en la explotación de los cultivos y, así mismo, permite crecer a empresas valencianas de los sectores de la fabricación de maquinaria y bienes de equipo en el desarrollo de aplicaciones tecnológicas punteras, con gran potencial para la exportación nacional e internacional.