En la actualidad, cada vez es mayor la demanda de nuevos materiales en sectores como la construcción o el envasado de productos. Se trata de obtener materiales con propiedades mejoradas y nuevas funcionalidades, un campo de investigación emergente en el que la nanotecnología cumple un papel esencial.
En este marco, y centrado en los materiales poliméricos (es decir, los plásticos) surge el proyecto APLICANANO, en el que participan el Instituto Tecnológico del Embalaje, Transporte y Logística (ITENE) y el Instituto Tecnológico de la Construcción (AIDICO), junto la Fundación CARTIF, la Fundación ASCAMM y el Instituto Tecnológico de Aragón (ITA).
El proyecto APLICANANO investiga la obtención de materiales compuestos que mejoren las prestaciones de los materiales tradicionales. Un material compuesto está formado por una matriz polimérica y un material de refuerzo. Su origen se encuentra en la necesidad de obtener propiedades que no se dan en cada elemento por separado, prestaciones que se consiguen combinando un tipo de matriz y las características del nanorefuerzo, como su orientación o distribución.
En este proyecto, el objetivo es obtener un material con propiedades mecánicas, tribológicas y de auto limpieza mejoradas. Las primeras hacen referencia a aspectos como la adherencia o la dureza, mientras que las segundas se centran en la fricción o el desgaste.
Respecto a las aplicaciones que puede tener, en el sector de la construcción la adición de nanopartículas es un campo muy activo y que ya se están empezando a fabricar algunas estructuras civiles, como puentes, con materiales compuestos. Del mismo modo, las placas para el acabado de edificios que estén realizadas con este material pueden contribuir a mantenerlo limpio más tiempo. También se están buscando aplicaciones de mayor valor añadido que van desde la óptica (fabricar gafas que no se ensucien tanto) al embalaje y el transporte (realizar embalajes plásticos más resistentes y con menor cantidad de material).