El proyecto europeo BabyCareSleep, en el que participa IBV, tiene como objetivo desarrollar un colchón que, además de reunir todas las condiciones físicas para propiciar un buen descanso, se convierta en un elemento activo en la prevención del síndrome de la muerte súbita del lactante.
El proyecto está coordinado por la empresa valenciana Elastic Confort -fabricantes del colchón de cuna Babykeeper-. Además del IBV también participan en el proyecto la Unidad del Sueño del hospital Quirón de Valencia, centros tecnológicos de Bélgica (CENTEXBEL) e Inglaterra (ISSRI), así como las empresas PIN Arboledas (España), la británica COGENT y la belga VdS. El proyecto también cuenta con la colaboración activa de ASEIP (Asociación para el Estudio de Investigación en Pediatría).
Se calcula que en Europa fallecen anualmente 2.400 niños por muerte súbita, sobre todo lactantes de entre dos y ocho meses de edad. La muerte súbita es el resultado de la confluencia de tres causas: una vulnerabilidad innata, un momento del desarrollo crítico y un factor exterior. Entre los motivos exteriores se encuentran el exceso de calor, la apnea prolongada, el humo del tabaco, el reflujo gastroesofágico y una postura inadecuada durante el sueño. Un fallo en el mecanismo del despertar del niño es el resultado final que conduce al fallecimiento, de ahí la importancia de la activación de los controles de alarma.
El proyecto BabyCareSleep va a desarrollar un novedoso sistema de monitorización inteligente no invasivo para prevenir muertes inesperadas en bebés previamente sanos y detectar situaciones de riesgo en una etapa temprana. Integradas en la cuna a través de textiles biosensores, las matrices de sensores detectarán los parámetros biológicos más relevantes que permitirán detectar situaciones de riesgo potencial y realizar acciones preventivas. El sistema preventivo estimulará suficientemente el cerebro del bebé (generará un despertar del sueño) evitando la hipoxia del bebé y reanudará la actividad respiratoria y será tan suave que no despertará al bebé del sueño.
La solución desarrollada pasa por convertir el colchón en un sensor textil que reconoce al lactante por su peso y ritmo respiratorio. Los hilos tienen un voltaje muy pequeño para transmitir las señales y no causan ningún efecto sobre el bebé. El tejido registra las microdeformaciones que se van produciendo cuando el niño respira. El algoritmo desarrollado reconoce los movimientos a frecuencias lógicas y, cuando detecta una apnea prolongada, reanima al bebé con ese estímulo entrenado para que no lo despierte. Si no funciona, entonces lanza una alarma al móvil de los padres por Wifi.
La segunda patente corresponde a la generación de ese movimiento para sacar al bebé de la parada cardiaca. En este caso, el consorcio ha introducido dentro del colchón unos diminutos vibradores (llamados picovibradores). Estos dispositivos se estimulan a una frecuencia y con una distribución muy concretas cuando el algoritmo envía la señal de alarma.
Una de las grandes claves del desarrollo de BabyCareSleep ha sido dar con el estímulo perfecto para sacar al niño de la apnea sin que salga de la fase del sueño en que se encuentre.