El plástico es el material más empleado actualmente en el sector de envase debido a su bajo peso, reducido coste, facilidad de procesado y diversidad de propiedades físicas en comparación con otros materiales tradicionales.
Sin embargo, dado que no existe un polímero puro que cuente con todas las propiedades mecánicas y de barrera requeridas para cada aplicación, a menudo se emplean mezclas complejas de polímeros y sistemas multicapa. Estos sistemas multicapa tienen no obstante diversos inconvenientes, como sus altos costes de producción y la multiplicidad de materiales empleados en ellos, que requieren el uso de aditivos especiales y adhesivos que complican su regulación y dificultan su reciclaje.
Por tanto, existe interés en la industria de los polímeros por generar envases monocapa o con menor número y espesor de capas basados en materiales con propiedades barrera y mecánicas mejoradas. Una vía para lograrlo es el desarrollo de composites, ya que estos permiten aumentar las propiedades mecánicas y barrera de las matrices de partida.
Los composites son materiales compuestos por al menos dos fases: una matriz basada en un material polimérico y otra fase que actúa como refuerzo. En el caso de que estos refuerzos sean nano, es decir, que el tamaño de las partículas en alguna de sus dimensiones esté por debajo de 100 nm (nanómetros) en al menos un 50% de las mismas, el compuesto resultante se denomina nanocomposite.
En este contexto nace el proyecto DURABLUE, Material con prestaciones mejoradas mediante nanocomponentes para su aplicación en un envase, desarrollado por el Instituto Tecnológico del Embalaje, Transporte y Logística (ITENE), que tiene por objetivo la obtención de una botella de polietiléntereftalato (PET) capaz de aportar las mismas prestaciones que las botellas utilizadas actualmente, pero con un espesor de pared reducido.
El uso de refuerzos de tamaño nano permite mejorar las propiedades de los materiales utilizando una menor cantidad de material en comparación con lo que se requeriría para otro tipo de refuerzos o aditivos con un tamaño superior.
Para ello ITENE ha trabajado en el desarrollo de nuevos nanocomposites aplicado a la fabricación de botellas con fines de uso alimentario. La mejora de propiedades que se consiga permitirá reducir la cantidad de material virgen empleado por unidad de envase, con la consiguiente reducción de la huella de carbono.