La empresa Mecanizaciones Alavesas, en colaboración con AINIA centro tecnológico y La Rioja Alta, está investigando la aplicación de tecnologías de inspección avanzadas que permitan analizar de modo integral los envases en las líneas de llenado de vidrio. El objetivo es poder realizar un escaneado exhaustivo de cada envase para detectar cualquier defecto, anomalía o posible contaminante antes de que llegue al consumidor final.
El proyecto Bottlescan pretende desarrollar un sistema más avanzado de inspección para el control de la calidad y la seguridad alimentaria en las líneas de embotellado, que cubra las limitaciones de los procedimientos actuales. Para ello, Mecanizaciones Alavesas y AINIA han aportado su experiencia y tecnología de inspección basada en la visión infrarroja, la espectroscopía y los ultrasonidos. Por su parte La Rioja Alta ha participado para definir las características de mayor interés aportando su conocimiento y experiencia en el ámbito del vino.
El proyecto ha conseguido unos resultados pioneros de gran valor: el desarrollo de dos prototipos de visión avanzada y espectroscopia para bodegas destinados a la detección de bitartratos y a la lucha contra la oxidación del vino.
Los bitartratos son los pequeños posos o cristales que a veces podemos encontrar en el fondo de las botellas de vino de guarda. Aparecen debido al ácido tartárico de la uva y aunque son evidencia de un buen vino, el consumidor no siempre lo acepta, motivo por el cual la tendencia de las bodegas de alto nivel es a su eliminación, intentado conseguir un vino lo más limpio posible de posos.
El prototipo desarrollado en el marco del proyecto Bottlescan, basado en visión penetrante NIR, consigue detectar en tiempo real y sin mermas en la producción los bitartratos cualquier otro contaminante de tamaño reducido (hasta de varios milímetros) como algún fragmento de vidrio o plástico, situados en el interior de la botella de vino, conforme las botellas pasan por la línea de producción.
Por su parte, la oxidación es uno de los principales defectos en vinos de alta calidad y una lucha constante en las bodegas. El exceso de oxidación puede producirse durante la elaboración del vino pero también después de su embotellado, siendo en estos casos más difícil de detectar. Un ejemplo de actuación del prototipo es cuando esta oxidación viene producida por microfiltraciones en el corcho que permiten la entrada de oxígeno en la botella. Estas microfiltraciones provocan la oxidación progresiva del vino en botella, efecto que hasta la fecha no había podido detectarse hasta que la botella es descorchada. El equipo desarrollado detecta este tipo de defecto, posibilitando así un rechazo de la botella oxidad en la misma línea de producción de aquellas botellas en las que esto se ha producido.
El equipo también detecta otras características de los vinos embotellados oxidados, generando una alerta en la línea de producción que permite la selección exclusiva para la comercialización de los vinos de máxima calidad.
Los resultados obtenidos del proyecto Bottlescan, aunque tienen como objetivo prioritario la mejora de la seguridad y calidad de los envases de vidrio del sector vitivinícola, pueden ser aplicables a otros sectores como el de aceites, bebidas refrescantes, cerveza y bebidas espirituosas.