La Unión Europea publicó la Directiva 96/29 Euratom relativa a la protección frente a los peligros de las radiaciones ionizantes de los trabajadores y del público. Esta directiva se transpuso a la normativa española con la publicación del Reglamento de Protección Sanitaria contra Radiaciones Ionizantes (RPSRI). En ella se introduce, como una de las principales novedades, en el capítulo VII, la necesidad de realizar los estudios que se estimen oportunos para conocer el posible riesgo radiológico de las industrias no nucleares que utilicen materiales con un contenido elevado de radionucleidos naturales o aquellas en las que sus procesos originen un aumento significativo de los mismos. Este tipo de industrias se conocen como industrias NORM (acrónimo de Naturally Occurring Radioactive Material). Entre ellas está la industria cerámica.
Para poder hacer efectivo el desarrollo del título VII del Reglamento de Protección Sanitaria contra Radiaciones Ionizantes, el CSN subvencionó distintos proyectos relacionados con las actividades incluidas en los estudios realizados por la Unión Europea, con objeto de editar un protocolo de actuación para todas la industrias NORM. Entre estos proyectos se encuentra el Estudio radiológico de la industria cerámica y auxiliares realizado por el Laboratorio de Radiactividad Ambiental (LRA) de la Universidad Politècnica de València, que ha contado con la colaboración del Instituto de Tecnología Cerámica (ITC).
Como parte inicial del proyecto, y tomando como base el informe realizado por el ITC sobre el sector cerámico, se consideró conveniente realizar un estudio de la radiactividad natural existente en los materiales más representativos de esta industria, tanto a nivel de materias primas, como de productos intermedios (susceptibles de constituir la materia prima para otras industrias), así como de los productos finales o acabados que son los que llegan al público. Para ello se contó con la colaboración del ITC, que suministró las muestras, tras realizar una selección de los distintos materiales que utiliza la industria cerámica, atendiendo principalmente al uso mayoritario de los mismos.
Esta fase confirmó que, efectivamente, el potencial riesgo radiológico estaba asociado el uso del silicato de circonio, por lo que aquellas industrias cerámicas que no lo utilizaran quedaban fuera de la necesidad de realizar cualquier estudio radiológico. La fase inicial sirvió para decidir el tipo de industria en las que se debía hacer el estudio y que constituirían la fase central del proyecto.
Así, y siempre a través del ITC, se contactó con las tres empresas en cuyas instalaciones se han realizado las medidas que se incluyen en este documento y que, por expreso deseo de las mismas, se van a mantener en el anonimato. Las tres empresas estudiadas facilitaron al LRA tanto la toma de muestras dentro de sus instalaciones, como la información relativa a sus actividades industriales.
Esta investigación constituye un estudio piloto que sirva de referencia para posteriores evaluaciones de industrias de similares características, ya que se ha desarrollado una guía reguladora que establece el marco de los estudios radiológicos que hay que realizar en las distintas fábricas para que quede garantizada desde el punto de vista radiológico, la seguridad de los trabajadores.