Además de su gran impacto humano y social, los accidentes de tráfico tienen un coste muy elevado en términos económicos. Se estima que el coste de cada muerte por accidente de tráfico asciende aproximadamente a un millón de euros, mientras que cada persona lesionada representa un gasto entre los 23.000 y los 143.000 euros. En la UE, el importe anual total debido a los accidentes de tráfico es superior a los 100.000 millones de euros. Dado que uno de cada cuatro accidentes está directamente relacionado con la fatiga o la somnolencia del conductor, se estima que el coste económico de los accidentes debidos a estas causas oscila entre 10.000 y 24.000 millones de euros cada año. Hoy en día, existe tecnología que trata de abordar este problema. Sin embargo, la investigación en este campo es todavía incipiente y hay multitud de enfoques técnicos y científicos por desarrollar que podrían aportar mejoras significativas a los sistemas de detección de somnolencia actuales.
En este sentido, el objetivo del proyecto Desarrollo de un sistema de cámaras embarcadas en vehículo para la detección de la somnolencia, SOMNADAS, liderado por el IBV y en el que participan las empresas FICOSA ADAS e INTEKIO, es obtener la información que permita diseñar un sistema embarcado basado en análisis de imagen para detectar la somnolencia al volante. Dicho sistema registrará imágenes del movimiento involuntario de la caja torácica del conductor debido a la respiración. Estas imágenes serán procesadas mediante un algoritmo de tratamiento de imagen para obtener la frecuencia respiratoria y relacionar sus cambios con el estado de fatiga o somnolencia del conductor.
Los resultados obtenidos prometen avances en el campo de la sensórica integrada en vehículo, haciendo de la cámara el principal protagonista: las cámaras embarcadas se convierten en sensores totalmente transparentes para el conductor y dotados de diversas funciones de monitorización de este. Esta solución ofrece importantes ventajas ya que permite medir la tasa de respiración del conductor de forma totalmente no invasiva. Además, la falta de contacto con el cuerpo evita los problemas de desgaste y durabilidad.
El reto tecnológico de la detección de respiración mediante cámara pasa por el filtrado de los cambios de iluminación en cabina y vibraciones propias del vehículo. Dichos artefactos se han filtrado con éxito obteniendo un sistema robusto de detección de somnolencia con una especificidad y una sensibilidad en la detección que rondan el 80%.
En futuros proyectos EUREKA se trabajará para incrementar la robustez del sistema diseñado combinándolo con algoritmos de detección de gestos faciales.