El envasado de alimentos es fundamental para facilitar su manipulación, distribución e informar al consumidor sobre sus características. Es también el principal protector del alimento frente a contaminaciones físicas, químicas y microbiológicas, así como garantizar que el producto llegue al consumidor manteniendo sus propiedades nutricionales y organolépticas.
Sin embargo, la función de los envases esta evolucionando desde solo guardar o cubrir un alimento a intervenir activamente en su conservación, de ahí el concepto de envase o recubrimiento activo. La protección activa de los envases y recubrimientos suele presentarse mediante la incorporación de agentes activos al envase y/o recubrimiento, los cuales interactúan con el alimento según la función del agente activo, como por ejemplo, alargar su vida útil o mantener sus características. Dependiendo del tipo de agente activo, del material que lo contiene y/o del alimento, puede resultar necesario encapsular el agente activo, lo cual implica mayor complejidad tecnológica.
Con el fin de alargar la vida útil de quesos procesados y productos de panadería y bollería se ha impulsado el proyecto ENVAFUNG, en el que participa Aimplas, para el desarrollo de envases activos para estos productos.
Para ello, en primer lugar se procedió a la búsqueda y selección de compuestos con actividad antifúngica para el control de la aparición de mohos y de la pérdida de humedad. La siguiente etapa se centró en el desarrollo de la forma de incorporación de estos activos mediante distintas estrategias. Por último, se realizaron numerosas pruebas y una vez desarrolladas las fórmulas finales, se llevaron a cabo los ensayos de validación a escala real.
Este proyecto liderado por la empresa Novapan, cuenta con la participación de las empresas Industrias Lácteas Asturianas y General de Manipulados Plásticos, y los centros tecnológicos CNTA, TECNALIA y AIMPLAS.
ENVAFUNG está financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovación Subprograma INNPACTO 2011 y FEDER.