La industria del calzado es uno de los sectores productivos europeos más innovadores y que mayores esfuerzos hace por minimizar su impacto medioambiental. Los proyectos ambientales de INESCOP consideran la sostenibilidad y la innovación como factores clave para aumentar la competitividad de los sectores del calzado y afines, derivando en iniciativas de especial interés para este tipo de industrias.

Un ejemplo de ello es el proyecto ECOTPU, Aplicación en calzado del poliuretano termoplástico (TPU) obtenido a partir de fuentes renovables, coordinado por INESCOP, que se ha dedicado a crear una familia nueva de poliuretanos respetuosos con el medio ambiente para provecho de la industria europea del calzado.

Este proyecto ha conseguido poner en el mercado europeo un novedoso material plástico, más respetuoso con el medio ambiente, con el que se pueden elaborar diversos componentes para calzado como suelas, topes y contrafuertes. 

Hoy en día la principal materia prima para la fabricación de los plásticos es el petróleo, recurso limitado cuyas reservas se están reduciendo de forma alarmante, y cuyo uso provoca la emisión a la atmósfera de considerables cantidades de gases de efecto invernadero. En este sentido, esta iniciativa ha logrado lanzar al mercado europeo un tipo de poliuretano termoplástico que a diferencia de los TPUs convencionales, incorpora materias primas provenientes de fuentes renovables (aceites vegetales) en lugar de petróleo. 

De este modo, durante la fabricación de este nuevo TPU se pueden llegar a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en alrededor de un 40%. Durante el proyecto se logró disminuir la necesidad de recursos no renovables en la línea de producción en unas cuatrocientas ochenta toneladas anuales y se redujo en unas mil toneladas la emisión anual de CO2.

Este novedoso material, así como los productos elaborados durante el proyecto, han sido sometidos a rigurosos controles de calidad que han verificado su idoneidad para su uso en calzado, presentando unas propiedades análogas a las de los TPUs convencionales, e incluso mejores en algunos casos.

Además, sus beneficios podrían ampliarse a otras industrias que se sirven de esta familia de plásticos como las dedicadas a fabricar automóviles, muebles o ropa.